Según el Instituto de Política
familiar (IPF) un tercio de las rupturas
de parejas tienen lugar justo en el periodo post-vacacional.
Pese a la reducción en un 10% del número de matrimonios y al aumento de la eddad de los cónyugues, se producen más de 118.000 rupturas al año con un crecimiento del 28% en los últimos diez, a pesar del descenso del 13,5% que se producen desde el 2008 debido a la crisis económica.
Por consiguiente, se rompen 326 matrimonios al día y la mayoría después del verano.
Hay quien opina que una pareja bien avenida no se separa por irse de vacaciones sin más. Sin embargo para una pareja con problemas, las vacaciones estivales pueden llegar a ser una dura prueba. Y... ¿Por qué se llega a esa situación?
Pese a la reducción en un 10% del número de matrimonios y al aumento de la eddad de los cónyugues, se producen más de 118.000 rupturas al año con un crecimiento del 28% en los últimos diez, a pesar del descenso del 13,5% que se producen desde el 2008 debido a la crisis económica.
Por consiguiente, se rompen 326 matrimonios al día y la mayoría después del verano.
Hay quien opina que una pareja bien avenida no se separa por irse de vacaciones sin más. Sin embargo para una pareja con problemas, las vacaciones estivales pueden llegar a ser una dura prueba. Y... ¿Por qué se llega a esa situación?
·
Tiempo
libre
·
Muchos
momentos compartidos
· Cambios
por parte del uno o el otro que hayan pasado inadvertidos durante el resto del año.
15 Tips para evitar que esto, te pase
a ti:
1.
Hay
que cuidar la relación antes, durante y después, para evitar la separación
post-vacacional, potenciando la comunicación,
respeto, complicidad, ternura, confianza y flexibilidad evitando ese desastre. No
hay que esperar la época estival para tratar con cariño y de forma asertiva a
nuestra pareja, esto es como la operación bikini, si no la hemos hecho durante
el resto de meses, cuando estemos encima ya no recuperaremos el tiempo perdido.
2. Compartir positividad, mediante palabras de cariño, gestos de ternura, al despedirse al
llegar. Hablar de forma positiva de nuestra pareja, de cómo serán las
vacaciones, de los niños y de nuestra relación en general, el hecho de estar
criticando y quejándonos siempre de todo, hace que si durante el año sea más o
menos soportable, en verano, las 24 horas juntos, es para decir…. aquí te
quedas y que te aguante tu madre…
3.
Mantener una sana relación sexual
durante los 12 meses del año, ayudará a que en ese periodo concreto podamos disfrutar más
de él y compartir más tiempo y experiencias.
4. Compartir tema económico y gestionarlo de forma conjunta. Es importante que ambos miembros de
la relación participen en la gestión económica de la pareja aunque lo normal es
que uno sea el administrador en jefe que es el que tiene la última palabra
sobre cómo se distribuyen los sueldos y qué pagos hay que hacer y dónde ir de
vacaciones y es en este último apartado donde es importante consultar con el otro
miembro para que el sitio escogido no sea: “Siempre
vamos donde él/ella escoge”
5.
Aprender a conocer a tu pareja: gustos, sueños, necesidades. Básico
para saber qué hacer o no hacer en nuestra relación. Si no sabemos las preferencias de nuestra pareja es normal que todo lo
que hagamos le parezca mal y siempre se queje. Si sabemos que le gusta la
música pop y ves por internet que hay entradas para ir a un concierto ¿por qué
no darle una sorpresa y vais juntos a ver ese grupo que tanto le gusta? Si le
gusta la playa, por qué no ir durante unos días a ese pueblecito costero y
después a la vuelta estar unos días más, haciendo senderismo que es lo que a ti
te gusta…
6.
Potenciar nuestra paciencia (importantísima en época vacacional)
porque seguramente nos tocará vivir con nuestra pareja e hijos en un espacio
mucho más pequeño de lo habitual y donde los roces por la falta de espacio y el
mucho tiempo compartido pondrá a prueba nuestra capacidad de estar tranquilo.
7. Recuerda que debes tratar a tu pareja tal y como te gustaría que te trataran a ti. No
creo que necesite ninguna explicación más.
8. Compartir hobbies o salidas con amigos conjuntos. Compartir camino al hacer senderismo,
jugar a las palas en la playa (aunque no sea mucho de tu agrado) ir al cine por
la tarde cuando tu preferirías hacer la siesta. Quedar con los amigos a tomar
unas cervezas cuando a ti te gustaría quedarte leyendo tumbada en la hamaca…
9.
Reflexionar en cómo somos y empatizar
con nuestra pareja para
valorar por qué se comporta como lo hace o dice lo que dice, ayudará a tener
menos discusiones y a valorar más sus virtudes que sus defectos.
10. Recuperar el romanticismo por parte de los dos: cenitas, detallitos, caricias… No
todo es trabajo y trabajo, hagamos que se sienta querido haciendo el trabajo
que le tocaba a el, preparándole el desayuno, etc.
11. Hablar y decidir entre ambos qué haréis durante el periodo estival. Está claro que si a uno le gusta la
montaña y al otro la playa, hacer solo lo que le gusta a uno de los dos, hará
que el otro se aburra y decida que este será el último verano conjunto. Por el
contrario si buscáis una solución intermedia: una semana en cada sitio o un
lugar donde haya mar y montaña, los resultados serán óptimos.
12. Si trabajas durante el año tu relación de pareja, en el verano recogerás
sus frutos. Hay que
dar cariño cada día para recibirlo, al igual que la confianza, y el respeto,
por tanto no esperes todo eso en vacaciones si durante el resto del tiempo tú
te has comportado como un déspota, gritando, criticando y desconfiando del
otro/a.
13. La Ley del mínimo esfuerzo: Estamos acostumbrados a una sociedad en la que lo queremos
todo rápido, fácil y bonito, y no estamos acostumbrados a luchar por algo que
no nos da satisfacción inmediata. Ser
independientes sería muy bonito sino fuera porque como seres humanos
necesitamos el afecto de los demás, por lo que una vez descartada esa
opción, no nos queda otra que luchar por lo que queremos. Aunque a muchos de
nosotros nos sea más fácil empezar una relación desde cero que luchar o arreglar
la que ya tenemos.
14. Antes de tomar esa decisión en caliente, hay que hablar y exponer los
hechos. Valorar el
uno y el otro cuáles son nuestros sentimientos y emociones. Cuáles son nuestros
objetivos como pareja, para confirmar si siguen siendo los mismos para los dos
o han cambiado para alguno de los miembros. ¿Sigue habiendo amor por ambas partes? ¿Si nos separamos qué? ¿Y si
seguimos juntos? No deis ese paso sin haberlo hablado y reflexionado,
volver atrás será complicado…
15. No pierdas tu semana, quince días o
ese mes de vacaciones que tienes, discutiendo con la persona que amas, piensa
que no tendrás otra oportunidad como esa hasta dentro de 365 días para
disfrutar con ella, por tanto vive cada
momento como si fuera el último y pensando que si este fuera tu último verano, ¿cómo
te gustaría que fuera?
Recuerda, como siempre digo, la pareja es un equipo, y como
tal, ambos deben trabajar para alcanzar un mismo objetivo y si ese objetivo se
pierde de vista por parte de uno de los dos o por ambos, es muy posible que la
separación empiece a rondar, pero si nos
mantenemos como un equipo de élite, que sabe a dónde va, y lo que tiene que
hacer y encima lo hace pase lo que pase, esa relación será duradera y no
importará que venga el verano, el invierno o la primavera.
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